En las últimas décadas el precio de la electricidad ha subido incesantemente. El precio del kilowatio por hora se ha incrementado llegando cada año a alcanzar el récord máximo. Este incremento de precio ha repercutido especialmente en los bolsillos de viviendas particulares pero también en empresas, sobre todo las que cuentan con un consumo de electricidad imparable. Hablamos del sector de la agricultura y la alimentación, cuyo trabajo obliga a mantener equipos de refrigeración en marcha durante las 24 horas del día.